viernes, 1 de octubre de 2010

A velocidad de muerte


Ahí está: hecho un figurín de la velocidad mientras una pequeña le toma una fotografía. A lomos de la Honda, parece dirigirse a ni se sabe, incluso a la mismísima, a donde todos solemos ir de vez en cuando. Pero ni lleva la ropa apropiada para darle gas a la burra ni tampoco las luces son farolas de calle. Algo raro hay en la fotografía.

¿Una moto sostenida por un caballete con el piloto haciendo pruebas sobre ella? ¿Con gafas de sol, gorra y el casco en el asiento trasero? Es posible, pero no probable. Además, la pequeña no se asusta de la velocidad a la que pudiera ir el imitador de Talentino (¿o es Valentino?) Rossi

Todo es simple ilusión. Lo que en realidad muestra la imagen es un velatorio instalado en una funeraria de San Juan de Puerto Rico. El motero, lo que queda de él, vaya, es el cadáver embalsamado de un mensajero que murió cosido a balazos por un grupo de sicarios en un ajuste de cuentas. David Morales, que así se llamaba el acribillado, llevó su afición a las motos al extremo de dejar detalladas instrucciones sobre lo que se debía hacer en el supuesto de que falleciese.

Sus familiares aseguran que cuando encargaron a la funeraria que lo embalsamase encima de su moto se limitaron a respetar la última voluntad de muerto. Cabe añadir que Morales no fue sepultado ni incinerado con su Honda, un alivio para los enterradores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

K FUERTEEE!!!Y K BARBARIDADD!!!!!LO RESPETO PERO LO VEO BASTANTE FUERTE!!